¿Has oido alguna vez la expresión coworking corporativo? Hace más bien pocos años parecía que esto de trabajar desde un coworking era cosa de autónomos, especialmente de arquitectos, diseñadores, programadores y otros perfiles creativos. Efectivamente así era porque precisamente estos colectivos fueros los pioneros en adoptar una nueva manera de enteder su relación con el trabajo (en el espacio y en el tiempo). Como cualquier nuevo producto o servicio, el tiempo hace que se de a conocer a otros públicos más amplios y ya resulta habitual que en un coworking haya todo tipo de profesionales independientes como abogados, asesores, consultores, periodistas, etc.
Esa “universalización” ha hecho que el coworking también llegue al ámbito empresarial. La cultura corporativa evoluciona hacia conceptos como flexibilidad, autonomía, confianza, transparencia o colaboración alejándose a su vez de ideas más propias del s. XX como el command-and-control, supervisión, desconfianza, presentismo, etc. La nueva fuerza laboral, los Millennials, demandan una relación laboral diferente a la que se vivía en la época de sus padres. Los responsables de Recursos Humanos están enfocados en hacer evolucionar la cultura corporativa hacia organizaciones menos jerárquicas, más planas, abiertas y flexibles.
Con esta coctelera estamos siendo testigos de muchos cambios, algunos pequeños y otros mucho más grandes. Las oficinas corporativas han ido perdiendo despachos para hacer zonas de trabajo más diáfanas, algunos empiezan a disponer del concepto “hot desk”, espacios abiertos pensados para el encuentro de las personas, la colaboración y cooperación así como habilitar zonas más apropiadas para el relax y la desconexión. A esto le sumamos la paulatina flexibilidad horaria y el trabajo en remoto (desde casa u otro lugar).
Conforme se van asentando estos cambios llega el momento de avanzar a un nivel superior e integrar otras bondades que ofrece el concepto coworking. Por un lado lograr que los empleados se mezclen, relacionen e interactúen con otros profesionales de diversas disciplinas y sectores. Por otro, trabajar en un lugar dinámico y agitador, que constantemente ofrece estímulos a quienes están a su alrededor.
Al cruzar el ámbito corporativo con este modelo de organización del trabajo logramos unos importantes beneficios para la empresa y el trabajador:
- Motivación: acudir a un entorno de trabajo inspirador y creativo es un buen aliciente para un empleado, además si va a compañado de la flexibilidad a la hora de organizar tu tiempo y trabajo porque tienes la confianza de tu empresa.
- Interacciones positivas: la permeabilidad de un lugar así provoca que conozcamos gente interesante y que descubramos proyectos e ideas que nos enriquecen.
- Aprendizaje: esa constante relación y contacto con diversos inputs es una fuente de aprendizaje informal muy poderosa, ya que aprendemos de otras personas de distintos sectores y con otros puntos de vista.
- Innovación: de nuevo, todas esas relaciones y aprendizaje se pueden canalizar hacia la actividad de la empresa para generar cambios y mejoras innovadoras en su sector en particular.
- Implicación: el empleado altamente motivado, que aprende y se desarrolla profesionalmente, que trabaja con autonomía y flexibilidad dentro de la seguridad que le ofrece su compañía, aumenta su implicación con la misma y disminuye el riesgo de fuga de talento, algo que preocupa especialmente a los de RR.HH.
- Captación de talento: para la empresa, estar en contacto con otros profesionales, autónomos o micropymes, es una excelente oportunidad para incorporar talento para alguno de sus proyectos.
Por todo ello, las empresas deberían recurrir al coworking en tres casos muy claros. Cuando:
- Alguno de sus empleados debe trabajar de manera deslocalizada.
- Están en fase de expansión y necesitan incorporar un nuevo equipo en una nueva ciudad.
- Necesitan aumentar la capacidad de innovar y crear nuevos productos o servicios.
Coworking corporativo
Si tomamos de referencia lo que está sucediendo al otro lado del Atlántico, encontramos muchos casos de compañías norteamericanas que ya han adoptado de una manera u otra el coworking dentro de un ámbito corporativo:
- Verizon, un gigante tecnológico, está reconvirtiendo muchos de sus edificios de oficinas y call-centers en espacios de coworking persiguiendo tres objetivos: obtener ingresos de sus activos, generar visibilidad de marca y encontrar oportunidades creando una comunidad conectada y en crecimiento (Artículo completo: Verizon dials into co-working to make use of obsolete spaces)
- IBM y Microsoft ubican a algunos empleados en espacios de coworking para que éstos puedan ayudar a las start-ups en el uso de sus productos y a la vez recibir feedback directo para poder mejorarlo. Por otro lado, estas grandes compañías también están abriendo sus oficinas a emprendedores para potenciar el intercambio de ideas. (Artículo completo: Microsoft, IBM look to co-working spaces for startup inspiration)
- PricewaterhouseCoopers (PwC) ha transformado todas sus oficinas de USA en espacios de coworking no sólo para reducir costes inmobiliarios sino para ayudar a mejorar la productividad de sus empleados (cerca del 80% son Millennials). La compañía busca poder ofrecer la máxima flexibilidad a sus empleados con su nuevo concepto de oficina. (Artículo completo: PwC to save $850 million with coworking)
Para finalizar, destacamos este dato extraído de una reciente encuesta realizada por CBRE Enterprises Survey:
El 65% de las corporaciones planea incorporar el Coworking como parte de sus oficinas en el año 2020.