No hay que pasar por alto la importancia del domicilio fiscal al darnos de alta de autónomos. Tenemos que plantearnos dónde vamos a ubicar nuestra actividad, ya que será el lugar donde recibiremos todas las notificaciones de la Agencia Tributaria, como pagos de impuestos, reclamaciones administrativas o incluso judiciales, también la dirección fiscal que pondremos en nuestras facturas. ¡Veamos las opciones!
Domicilio fiscal en casa vs oficina virtual
Uno de los trámites cuando te das de alta de autónomos por primera vez es presentar el modelo 036, en el cual elegimos dónde queremos que esté nuestra dirección fiscal. La primera opción para los nuevos autónomos es optar por poner la vivienda habitual. Sin embargo, esta decisión debe meditarse, ya que existen otras opciones que pueden beneficiarte como la oficina virtual en un coworking. ¿Cuál es la diferencia entre ambas?
Costes. La única ventaja de ubicar tu empresa en tu domicilio es que no pagarás nada, pero a la vez, difícilmente te podrás desgravar algo. La nueva ley de autónomos dice que podrás deducir de tus gastos de suministros el 30% del porcentaje de vivienda que declares como parte de tu actividad económica y siempre que seas tu el titular. Empieza aquí una aventura burocrática para calcular cuál es la parte de tu vivienda afecta como uso profesional. Todo se complica más si estás de alquiler. Además, la cantidad sería muy pequeña, por ejemplo:
Si tienes un despacho de 10m2 y declaras el uso del 10% de tu vivienda para uso profesional y tus gastos de electricidad son 100 € mensuales, podrías deducirte el 30% de ese 10%, es decir un 3%. La cantidad que te deducirías de los 100 €, serían 3 € mensuales. En cambio, con el contrato de una oficina virtual recibes una factura en la cual te deduces el IVA.
El esquema quedaría así: 100€ x 0,10= 10€ x 0,30=3€
Privacidad. La dirección fiscal de tu empresa será la misma que usarás en tus facturas, recibirás notificaciones o te buscarán tus clientes o colaboradores, no es muy cómodo poner tu domicilio, principalmente porque mezclas tu actividad y tu vida profesional. Además, aunque trabajes en casa, tus clientes no tienen porqué saberlo, ni conocer los datos del lugar en el que vives.
Reuniones y encuentros. ¿Dónde has pensado reunirte con tus clientes, proveedores y colaboradores? La vivienda habitual no genera una buena imagen corporativa o de profesionalidad, tampoco es muy óptimo ir a cualquier cafetería. Situar tu domicilio fiscal en una oficina virtual te da ciertas ventajas: descuentos en alquiler de sala de reuniones y espacios de trabajo o una cafetería, pero preparada para meetings más informales dentro de un ambiente profesional.
Secretaría y atención al cliente. La recepción de llamadas y paquetería está asegurada con el uso de la oficina virtual, ya que siempre habrá alguien para recibirlas cuando tu estés trabajando fuera o reunido.
Una oficina virtual en un cowrorking o centro de negocios supone la opción perfecta para nuevos autónomos ya que es un apoyo en cuanto a tareas que por ahora no puedes contratar, mejora tu imagen corporativa y profesional, y obtienes servicios y recursos muy similares a los que tendrías en tu propia oficina. Así que piensa bien, dónde vas a ubicar tu dirección fiscal antes de elegir como primera opción tu vivienda habitual y sitúate en un lugar estratégico.
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