Clase magistral. Aula magna abarrotada con 300 alumnos. Tarima con ilustrísima y erudita eminencia de la materia en cuestión. Silencio. El maestro habla, los alumnos escuchan. Nadie pregunta, nadie cuestiona.
Pequeña aula. Grupo reducido. Personas de toda edad y condición. Ningún maestro. Todos hacen, todos aprenden, todos evalúan y enseñan.
El primero es el modelo de educación tradicional que aún podemos ver en muchas universidades y entornos empresariales. El segundo es… otra forma de aprender. Una forma de aprendizaje que ya se empieza a aplicar en muchos ámbitos, y os pondré un ejemplo:
Soy miembro del club Valencia Toastmasters, una organización sin ánimo de lucro cuyo mantra es empoderar a las personas para desarrollar sus habilidades de comunicación en público y de liderazgo. En Toastmasters no hay maestros o profesores, no hay grandes conferencias sobre liderazgo o sobre cómo hablar en público. Partimos de un manual teórico que se divide en 10 proyectos o discursos que el alumno debe preparar y realizar (a su propio ritmo), donde se establecen diferentes objetivos de aprendizaje en cada uno. En Toastmasters las claves son:
– Aprender haciendo: la mejor manera de aprender a hablar en público es hablando en público. Como dice uno de sus miembros más veteranos, César Gómez-Mora, igual que a nadar se aprende nadando o a conducir se aprende conduciendo. Así que Toastmasters facilita un entorno amigable para que todos sus miembros puedan practicar y mejorar sus habilidades de comunicación y enfrentarse a situaciones reales.
– Aprendizaje entre pares: gracias a una herramienta muy poderosa, el feedback o evaluación. Cada discurso es evaluado por otro miembro del club, quien valora aquellos aspectos que afectan al objetivo del proyecto. Tras el discurso, su evaluador comparte con todos su valoración, dando feedback al orador sobre las cosas que se han realizado bien y las mejoras que se deben practicar. Como añadido, el resto de miembros también aportamos un breve feedback indicando un aspecto positivo y una sugerencia de mejora. Ese es nuestro regalo.
Junto con estas dos claves, otros aspectos que complementan el aprendizaje son:
– Mentoring: los miembros que llevan más tiempo en el club asumen el rol de mentor de aquellas personas que se acaban de incorporar. Guiándoles en sus primeros pasos, ayudándoles a preparar sus primeros discursos y “empujando” para que se integren plenamente en el club.
– Improvisaciones: se trata de hablar en público sobre un tema o pregunta que se plantea en el momento. Por definición, se trata de hablar sin tener nada preparado y, aunque las improvisaciones no se pueden preparar, si que se pueden practicar y mejorar. Y como ya os podéis imaginar, al igual que nadar o conducir, a improvisar se aprende improvisando.
– Asunción de diversos roles: además de orador o evaluador existen otros roles que los miembros asumen de manera voluntaria y que sirven para adquirir y mejorar otras destrezas. Tales son el Toastmaster o maestro de ceremonias, quien prepara, organiza y dirige la reunión; el cronometrador o el contador de muletillas.
En su afán de seguir dando a conocer el funcionamiento de este club, Valencia Toastmasters está preparando una reunión extraordinaria en Wayco para el próximo jueves 23 de enero a las 19h, a la que podrán asistir como invitados todos aquellos coworkers y amigos de Wayco interesados en ver de cerca estas dinámicas de aprendizaje. Si tú eres uno de ellos, no dudes en escribir a guests@valenciatoastmasters.es