El coworking (en español cotrabajo,1 trabajo cooperativo o trabajo en cooperación) es una forma de trabajo que permite a profesionales independientes, emprendedores, y pymes de diferentes sectores, compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que fomentan proyectos conjuntos.
Aunque ahora esto del coworking ya nos suena más familiar, hace unos años eran muy pocos los espacios de coworking que existían en Valencia y muchos menos los que habían escuchado este anglicismo. Por nuestros conocimientos de inglés entendíamos que estaba relacionado con el trabajo, pero poco más… Eran tiempos en los que nos encontrábamos ante un proceso de cambio a nivel profesional, eran muchos los que empezaban a emprender sus propios proyectos, y como es lógico, para ahorrar gastos, todos lo hacían desde sus casas.
¿Pero qué pasa cuando trabajas en casa? Que si me hago un poco el remolón o la remolona en la cama, me preparo un buen desayuno, abro el portátil, echo un ojo a Facebook y a las noticias más relevantes, abro el mail, reviso, ‘Vaya, tenía que poner una lavadora, un momento y sigo’, vuelvo, sigo, trabajo, ‘Huy, ya es casi la hora de comer, bueno… como, un siesta de 20 minutos y a seguir’. Y todo esto, ¡Sin tan siquiera quitarse el pijama!
Mientras tanto, nosotros también emprendíamos uniéndonos a la corriente del coworking que de tanto éxito presumía en ciudades como Londres, Berlín, San Francisco, Nueva York … (porque en Valencia no íbamos a ser menos) e ideábamos la estrategia para convencer al resto de emprendedores de que se desprendieran de sus pijamas. ¿Cómo íbamos a lograrlo? Ofreciéndoles un espacio agradable en el centro de la ciudad, en el que inspirarse, conocer a otros profesionales, reunirse con sus clientes, disfrutar del trabajo, poder tomar un café en compañía.
Y está claro que les convencimos, porque ya han pasado 3 años y nuestra comunidad continúa creciendo (y hasta quieren venir a trabajar a Wayco los de Londres y Berlín). Así que tan solo nos queda decir: gracias a todos aquellos que comenzaron La revolución del pijama.