En la segunda acepción que puedes encontrar en la RAE para el verbo bautizar encontramos algo tan explícito como Poner nombre a algo. Y eso es lo que hicimos para identificar el alquiler de salas y espacios que tenemos en nuestro edificio, ponerles nombre, porque al principio entre nosotros nos entendíamos así: “la sala naranja”, “la sala del tercero que hay al fondo”, “aquella que antes era un despacho”,… pues menudo lío oiga. Durante una de esas sesiones de lluvia de ideas entre el equipo nos pusimos a sugerir cosas como poner nombres de grandes ciudades o lugares como “Manhattan”, “Paris”, “Berlín”,… y que bien suena, que sofisiticado, que moderno, y… ¡que poco nos identifica!
Dándole vueltas alguien sugirió:
– “¿Y por qué no usar nombres de barrios de la ciudad?” – ¡Claro, eso es!
Esa idea nos caló a todos enseguida y cada uno empezó a barrer para casa: el Cabanyal, Campanar, Benimaclet, El Carmen,… porque todos queríamos tener la representación de nuestra pequeña patria. Difícil contentar a todos así que optamos por jugar con otras variables que no las puramente sentimentales, así que metimos en la coctelera estos criterios:
- Algún tipo de identificación de la sala con el barrio
- Sonoridad del nombre
- Algún otro tipo de vinculación con Wayco
Y tras las nuevas propuestas y una votación democrática fueron naciendo uno a uno los nombres que utilizamos para que todos sepamos identificar las salas que tenemos para alquilar y para nuestros coworkers. Nos quedamos con tres barrios del centro: El Carmen, La Seu y Xerea (el barrio donde está ubicado Wayco); y con tres barrios periféricos: Marítim (por su amplitud), Olivereta y Amistat (por ser accesible y conectora). Al final nos dejamos un patito feo que se quedó sin nombre de barrio porque su nombre se lo daba la propia ubicación: Sala Ático, ya que para llegar a ella tienes que pisar antes su preciosa terraza en el último piso.
Pero todo esto no es simplemente por una cuestión de denominación, sino que tiene detrás la esencia de cada una de las salas y su propio storytelling. En Wayco no alquilamos salas sin más, salas impersonales y todas iguales, sino que nuestro alquiler de salas pretende llevar al usuario la esencia y singularidad de cada uno de nuestros espacios. Por eso, si te fijas, la descripción de cada una de ellas trata de plasmar esa personalidad y esa particularidad. Esta es una de mis favoritas, El Carmen:
Y su descripción en la web dice lo siguiente:
Dinámica e inspiradora, combina la piedra antigua y el arte de vanguardia sobre un blanco perfecto para dar rienda suelta a la creatividad. Un entorno con personalidad propia en la primera planta del edificio.
Muy descriptivo, ¿verdad? Pues te puedo asegurar que cuando la gente entra y la ve o cuando la utiliza para una reunión seguramente perciba alguna de esas sensaciones.
Por último nos faltaba bautizar aquellos espacios que nos propiamente salas pero que también los alquilamos para diferentes acitividades. Los agrupamos como “Espacios creativos” y son 3 zonas diferentes en la planta baja que dan cobijo a aquellas ideas más peculiares y rocambolescas de nuestros clientes y coworkers:
- Wayco Gallery: es la sala de la cafetería que se reconvierte constantemente para acoger nuestros eventos de caracter más artístico o cultural. Exposiciones, presentaciones de libros, tertulias, pequeñas actuaciones musicales, pases de cine/documental.
- Zona de CO: el coworking de la planta baja cede su espacio a actividades como formación, encuentros, presentaciones que se inspiran en sus paredes y techos tan estimulantes.
- Terraza interior: una de nuestra joyitas no necesita más nombre para ejemplificar todas sus virtudes, porque la mejor manera de percibirlas es disfrutando de su relajante ambiente.
Ahora ya lo sabes, cuando quieras utilizar una sala piensa que no es una sala sin más, sino que es un pequeño pedacito de nuestra ciudad. ¿Cual es el nombre/sala que más te ha gustado?
