No sólo.
El coworking no es sólo para freelancers. Tendemos a pensar que el concepto coworking va directamente asociado al profesional independiente (al autónomo, vaya) y que además se dedica al diseño gráfico, al marketing o a la programación. Pues nada más lejos de la realidad, oiga.
No cabe duda que ese es uno de los perfiles más típicos, pero reducir el espectro solamente a ese tipo de profesionales sería un error. Típico no es único, de hecho, cada vez tenemos más atípicos entre nuestros coworkers.
Quiero contaros algunos casos de profesionales y empresas que tienen cabida perfectamente en nuestro coworking:
- Consultoría/asesoría/ingeniería: nuestro suelo lo pisan profesiones tan tradicionales como un asesor laboral, dos ingenieros, tres abogados y consultores en RSC o en Recursos Humanos.
- Periodismo: de ámbitos muy específicos como la gastronomía (Food Marketing) o el musical (Town Feeling)
- Diseño de producto: gente que está creando y fabricando cosas increíbles como los abanicos Khu Khu London o las camisetas 100% orgánicas de The Vintees.
- Negocios off-line: como una revista de actividades infantiles (AgendaDeIsa), una agencia de modelos (Sara Miko Agency) o una agencia de estudios en el extranjero (FPaGrado)
- Asociaciones: contamos con dos asociaciones profesionales que tienen su sede con nosotros, ComunitAD (empresas de comunicación publicitaria) y Xarxa TIV (Traductores e Intérpretes de Valencia).
Este breve catálogo viene a colación de un anterior post en el que os contaba que en Wayco apostamos por la diversidad cultural (puedes leerlo aquí: «coworking internacional«), y ahora se complementa con esta diversidad profesional que nos encanta, poder contar con miembros de cualquier ámbito profesional y así seguir enriqueciendo nuestra comunidad.
Y no, al igual que la película No es país para viejos. No es coworking para freelancers (sólo)
Porque no sólo de autónomos vive el país, también tenemos otras fórmulas:
– Micropymes (2-3-4-5 personas), que prefieren no trabajar aislados en la burbuja de su oficina.
– Startups, que tratan de minimizar sus costes mientras desarrollan su producto y su modelo de negocio.
– Empleados por cuenta ajena, que trabajan en remoto para su empresa, que puede estar en Murcia, Barcelona, Alemania o Eslovaquia.
– Empleados por cuenta ajena, que trabajan en un proyecto o una investigación que se sale de la línea de negocio principal de su compañía, y que buscan en el coworking esa fuente de inspiración, colaboración e innovación.
Así que ten claro que trabajar en un coworking no es cuestión de tamaño o de forma jurídica, sino de filosofía y de actitud. ¿Te atreves a probar?