A la sala Atarazanas se accede a través de una puerta gótica y mudéjar, que rinde homenaje al monumento histórico construido en el siglo XIV en Valencia. Una imponente entrada que contrasta con la versatilidad de su interior: mobiliario modular y flexible y cortinajes y luces regulables, que permiten crear infinidad de ambientes, montajes y tipos de eventos. De esta sala polivalente destacan las gradas, el despliegue tecnológico para la celebración de eventos híbridos.